Corpus en Toledo

Acabo de ver el Corpus en Toledo, sólo por el interior de la catedral. Todo lo que sea Toledo me conmueve. Por otro lado me da pena, que por las circunstancias en las que estamos, no haya podido salir a las calles de mi Toledo. Hoy no huelen las calles a tomillo y romero, ni tampoco están los balcones engalanados, si acaso alguno con la bandera de España y el crespón negro. Estamos de luto por tantas muertes. La alegría de otros años se trueca en pena honda. Sabemos que Jesús sacramentado se ha querido quedar en la soledad de los sagrarios de tantos templos para acompañarnos y consolarnos. Cómo se agradece en estos momentos, que recordamos a nuestros seres queridos que ya se han ido, su presencia real en la Eucaristía. Gracias, Jesús sacramentado por quedarte a nuestro lado. Misterio de fe es éste que la razón no alcanza a comprender. Hemos de pedir el don de la fe para tantas personas que no creen. La vida se ve de otra forma. No es que desaparezcan los problemas, sino que se afrontan con una visión nueva. Se siente que todo es para bien de los que aman a Dios. Este año tan especial ha de ser de un vuelco de la humanidad porque el Señor conceda la Gracia de la conversión y de la vocación a muchas personas y que la respuesta sea como la de la Virgen: Fiat!