Hoy celebramos su fiesta. Recuerdo que hace muchos años me dejaron su biografía, escrita por Andrés Vázquez de Prada. Yo era muy joven , había vivido en Londres hacía poco tiempo y en la carrera de filología inglesa tuvimos un Seminario de Literatura inglesa sobre "Utopía". Me gustaba todo lo relacionado con la historia de Inglaterra y disfruté leyendo su biografía porque me metió en la vida de los siglos XV y XVI. Entendí perfectamente cómo se podía santificar la vida familiar, profesional, social. Vi encarnada, en la persona del Lord Canciller de Inglaterra, la imagen de santidad que yo buscaba: encontrar a Dios en la vida ordinaria. Ser coherente con la fe que se profesa en medio de un ambiente de corrupción. Ser leal a la Iglesia aunque se tenga que dejar por ello la posición (era el que iba después del rey Enrique VIII) e incluso la vida. Tomás Moro se negó a firmar el acta de repudio para anular el matrimonio del rey con Catalina de Aragón y casarse con Ana Bolena. La Iglesia se había negado y el rey hizo todo lo posible para que Tomás le apoyara. Lo mandó encerrar en la Torre de Londres; incluso su mujer fue a verle para disuadirle; entonces él le dijo que precisamente porque la quería mucho y también a sus hijos, quería amarlos durante toda la eternidad. En la Torre escribió mucho. Meditó sobre la Pasión de Cristo. Tenía mucho sentido del humor hasta el último momento. Fue un ejemplo de bondad y alegría para sus guardianes. En fin, sería largo para contar sus obras literarias, sus relaciones familiares, su honradez y trato con los desfavorecidos. Con qué confianza en Dios llevó las calumnias y la muerte.
A mi me parece que en las circunstancias actuales por las que pasamos, España y el mundo, debemos acudir a este santo intercesor para que los políticos sean honrados, vean su vida como un servicio a los demás y que la Gracia les toque sus corazones y sepan que por lo que luchan ahora es por la felicidad de los hombres, mujeres y niños y por la felicidad eterna si lo que hacen cada día es el bien común, no el bien propio.
Fotografía realizada por Marisa Díaz-Pines
Llanura y azafrán.
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lunes, 22 de junio de 2020
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