A lo largo de todo el verano he ido oyendo el nombre
de la Virgen. Al leer distintos periódicos observé que han sacado a relucir las
fiestas populares en honor de la Virgen. He vuelto a visitar el monasterio de
la Vid que guarda una imagen bellísima de Nuestra Señora; también Lerma.,
Covarrubias, Silos y tantos pueblos de la zona que están orgullosos de su
Virgen.
Al regresar a Madrid, ya en agosto, en los
telediarios se hablaba constantemente de “el puente de la Virgen”, refiriéndose
a la Asunción a los Cielos. El remate ha sido cuando al ir a Cibeles, al
Servicio Filatélico de Correos, la joven que me atendió (que por cierto se
llama Carmen, como la Virgen de julio) me ha dado, junto a los lotes de sellos,
un folleto explicativo en varios idiomas sobre la Virgen Blanca, patrona de
Vitoria, porque ha salido un sello conmemorativo, al cumplirse el 50
aniversario de la coronación de la Virgen.
Hoy, domingo 22 de agosto, he estado en el Museo
del Prado escuchando la explicación del
cuadro de El Bosco: “La Adoración de los Reyes Magos”. La persona que,
magistralmente, nos hacía contemplar la escena, resaltaba que la Virgen situada en un humilde portal estaba
como en un trono de Reina. ¿Casualidad o Providencia cuando hoy precisamente es
Santa María Reina?
Para que luego digan que algunos arremeten contra la
Iglesia, cuando la Virgen, la Madre nuestra, es Madre de la Iglesia. Además he
comprobado que verano siempre se ha escrito con V.
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