Si tuviera que decir algo de
Paloma es que supo querer a cada persona que se encontró por su camino. A mí me
encontró.
Entre los miles y miles de
personas que la conocieron, yo me sentí su amiga. Coincidimos hace muchos años
firmando en la misma caseta de la Feria del libro del Parque de El Retiro de
Madrid. Había momentos que firmábamos a la par, otros nos alternábamos y, en
esos ratos que nadie acudía, hablábamos de nuestras vidas. Fueron momentos para
conocernos y compartir lo que llevábamos en la mente y en el corazón. Al
terminar esa jornada de múltiples encuentros, ella me dio su correo electrónico
y así pudimos mantener la amistad. En el 2.014 fue a la Feria del libro de Las
Palmas de Gran Canaria a presentar su libro “Juan Pablo II. Recuerdos de la
vida de un santo”. Nos volvimos a dar un abrazo y pude acompañarla en la caseta
mientras firmaba. También la llevé a la caseta de mi asociación de escritores
canarios y pudo hablar con todos ellos con esa simpatía y cercanía tan de ella.
Conservo el libro que nos dedicó, a mi hermana Tere y a mí, con tanto cariño.
El año pasado vino a
Segovia, en el V Centenario de Santa Teresa de Jesús, a dar un recital lírico
junto al barítono Luis Pastrana y el pianista Antonio López. Paloma hizo un recorrido por la literatura
teresiana. Los versos de la Santa se combinaron con la música del pianista
cordobés y la voz del cantante zamorano. Fueron momentos sublimes con la voz
cálida de Paloma y la música compuesta para la ocasión de García Abril, que
estrenó “Alma que quieres de mi”. Otras composiciones fueron recuperadas de
Amador Vives, Federico Mompou y Francisco Palazón.
Estuve con Paloma antes y
después del acto. Fue una dicha verla en el escenario dándose totalmente. Al
acabar me dijo que tenía los pies mal y tenía que cambiarse de zapatos. Su
sonrisa permanente en escena cubrió su dolor.
Gracias, Paloma, por tu
cariño. Sigue desde el Cielo acordándote de tus amigos
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