Foto de Marisa Díaz-Pinés
Nabuco resuena en mi corazón.
Sus coros claman por esa patria perdida.
La música traspasa el tiempo
y se hacen actuales las notas de Verdi.
Los girasoles desaparecen sepultados.
Hace falta la música para
resucitarlos entre las bombas.
Mariupol está destrozada,
Apenas quedan niños y mujeres.
Los soldados combaten con ahínco,
aunque les falten las fuerzas.
¿No habrá una música salvadora
en estos momentos de ruido atronador?
La fuerza de los tambores y trompetas
fortalecen a las almas que claman
con una esperanza necesaria.
A lo lejos empezamos a oír
DONA NOBIS PACEM.
Es Mozart.
Marisa ¡Que maravilla!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Mª Elena, muchas gracias! Un gran abrazo.
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