foto de Marisa Díaz-Pinés
¡SEÑOR, QUE TODOS SUEÑEN!
¡Señor, que todos sueñen!
¡que todos, Señor, piensen
en una paz divina
que desciende…
y que asciende!
Que la belleza haga
buenos a todos! ¡Que la mujer, el niño,
el enfermo y el débil
tengan todas las manos a su alivio;
que el símbolo indeleble
de la existencia sea
el amor! ¡Que no tenga hambre nadie,
ni sed ni frio! ¡Que todos, Señor, piensen!
¡Que piensen y que amen!
¡Que la caridad reine
como una mujer viva!
¡que las bocas no cesen
de sonreír, que no cesen las manos
de dar, que el corazón de todos
se abra, hasta empobrecerse!
¡se abra, hasta enriquecerse!
¡Señor, que todos sean
buenos!, que todos
sueñen,
Señor,
que todos sueñen!
Apartamiento y Bonanza
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