Llanura y azafrán.

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jueves, 9 de octubre de 2014

La alegría de la espera

              
 
                                 
                                             Siempre hay una esperanza y más en Navidad

                                                

Estaba sola en la sala de espera de la estación. Deseaba ver una cara conocida entre aquella multitud. Me habían dado las vacaciones. El tren llegó, subí, estaba confortable, me instalé; ante mi vista pasaban los campos nevados. Mi corazón se aceleraba conforme se aproximaba mi pueblo: tenía la esperanza de encontrar a mis seres queridos en el andén. Era Navidad.


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