JUEVES SANTO: LOCURA DE AMOR
Corría el verano de 1975 cuando me contaron la
siguiente anécdota: en un pueblecito de América del sur hubo un terremoto y
quedaron las casas sepultadas. El párroco, con todos los habitantes empezaron a
quitar escombros de encima de la iglesia machacada. Se fue el día y vino la
noche, pero ellos seguían buscando a su Señor Sacramentado; no querían tomar
bocado, solo bebían el agua de las lágrimas que corrían por sus mejillas.
Amanecía, estaban exhaustos pero les animaba una gran fe a no interrumpir su
costosa, pero enamorada tarea.
Apareció el Sagrario y todos se
pusieron de rodillas embargados por la emoción. Estaban felices porque Amor con
amor se paga.
A propósito de lo anterior, me viene
a la memoria un punto de Surco, el
686, que escribió el beato Josemaría Escrivá: "¡Jesús se ha quedado en la
Hostia Santa por nosotros!: para permanecer a nuestro lado, para sostenernos,
para guiarnos.- Y amor únicamente con amor se paga.
- ¿Cómo no habremos de acudir al Sagrario, cada día, aunque sólo sea
por unos minutos, para llevarle nuestro saludo y nuestro amor de hijos y de
hermanos?".
A la vuelta de más de veinticinco
años me han contado otro ejemplo de fe en la Eucaristía. Esta vez ha sido
debido a las inundaciones que afectaron a miles de personas en Centroamérica.
Como en tantos poblados, hubo uno que se quedó sin nada. Los habitantes
quisieron tener desde el primer momento a Jesús Sacramentado, que permanecía en
el Sagrario entre las ruinas de su iglesia. El Obispo prohibió tenerle, por
razones de seguridad. Entonces, todos los habitantes se pusieron de acuerdo
para velarle día y noche. Al fin consiguieron el permiso del Obispo pues Jesús
estaba seguro entre aquellos feligreses enamorados.
¡Tú y yo, manzanareño, ¿qué vamos a
hacer este Jueves Santo? ¿Recordar el Misterio de la Eucaristía? Eso es poco.
Vamos a querer más al Señor con hechos diarios. Te remito de nuevo a Surco, al punto 688: "Comenzaste
con tu visita diaria ...- No me extraña que me digas: empiezo a querer con
locura la luz del Sagrario".
Esto que te acabo de copiar no es
locura de poeta que ansía la belleza, es coherencia de un cristiano, que quizás
en un Jueves Santo redescubrió a Jesucristo, que nos está esperando siempre,
oculto en la Sagrada Eucaristía.
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