Llanura y azafrán.

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sábado, 20 de abril de 2013

Homenaje a Melchor Díaz Pinés


He querido incluir en mi blog este acróstico que ha hecho Jerónimo Calero, poeta manzanareño, a mi padre. Es una forma de agradecérselo.


jueves, 4 de abril de 2013

Jueves santo: locura de amor


JUEVES SANTO: LOCURA DE AMOR



Corría el verano de 1975 cuando me contaron la siguiente anécdota: en un pueblecito de América del sur hubo un terremoto y quedaron las casas sepultadas. El párroco, con todos los habitantes empezaron a quitar escombros de encima de la iglesia machacada. Se fue el día y vino la noche, pero ellos seguían buscando a su Señor Sacramentado; no querían tomar bocado, solo bebían el agua de las lágrimas que corrían por sus mejillas. Amanecía, estaban exhaustos pero les animaba una gran fe a no interrumpir su costosa, pero enamorada tarea.


            Apareció el Sagrario y todos se pusieron de rodillas embargados por la emoción. Estaban felices porque Amor con amor se paga.


            A propósito de lo anterior, me viene a la memoria un punto de Surco, el 686, que escribió el beato Josemaría Escrivá: "¡Jesús se ha quedado en la Hostia Santa por nosotros!: para permanecer a nuestro lado, para sostenernos, para guiarnos.- Y amor únicamente con amor se paga.


- ¿Cómo no habremos de acudir al Sagrario, cada día, aunque sólo sea por unos minutos, para llevarle nuestro saludo y nuestro amor de hijos y de hermanos?".


            A la vuelta de más de veinticinco años me han contado otro ejemplo de fe en la Eucaristía. Esta vez ha sido debido a las inundaciones que afectaron a miles de personas en Centroamérica. Como en tantos poblados, hubo uno que se quedó sin nada. Los habitantes quisieron tener desde el primer momento a Jesús Sacramentado, que permanecía en el Sagrario entre las ruinas de su iglesia. El Obispo prohibió tenerle, por razones de seguridad. Entonces, todos los habitantes se pusieron de acuerdo para velarle día y noche. Al fin consiguieron el permiso del Obispo pues Jesús estaba seguro entre aquellos feligreses enamorados.


            ¡Tú y yo, manzanareño, ¿qué vamos a hacer este Jueves Santo? ¿Recordar el Misterio de la Eucaristía? Eso es poco. Vamos a querer más al Señor con hechos diarios. Te remito de nuevo a Surco, al punto 688: "Comenzaste con tu visita diaria ...- No me extraña que me digas: empiezo a querer con locura la luz del Sagrario".


            Esto que te acabo de copiar no es locura de poeta que ansía la belleza, es coherencia de un cristiano, que quizás en un Jueves Santo redescubrió a Jesucristo, que nos está esperando siempre, oculto en la Sagrada Eucaristía.