Llanura y azafrán.

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domingo, 31 de marzo de 2013

Semana Santa en Baeza


                                        


El cielo amenaza  lluvia pero salimos a encontrarnos con la procesión de la borriquita. Las calles aparecen repletas de familias; también hay niños dentro de la procesión, hasta casi un bebé vestido de hebreo llevando un tambor: se queda parado y rompe a llorar cuando pasan los tambores a su lado; se encuentra pedido hasta que su padre se acerca y lo toma en brazos. Vamos al encuentro del paso, nos situamos junto a él y me maravilla cómo lo bailan. Hay algo mágico en la sintonía de los costaleros con la música, mezcla de arte, sacrificio y tradición de siglos.

Por la tarde, La Sagrada Cena saliendo de la Catedral y tras ella, la Virgen de la Paz, tan serena, tan bonita. Se ven las zapatillas blancas de los costaleros con el pasito a paso arrastrado que serán cientos de súplicas. Las bandas siguiendo a sus carrozas con sus melodías entre nostálgicas y marciales. Este año la banda de Jódar, que sigue a la Sagrada Cena, tocan en homenaje a su director, un muchacho joven recientemente fallecido. Él compuso esa pieza que hoy se esparce por la plaza de la catedral.

Por la noche, en San Andrés, La Oración de Jesús en el Huerto. Un padre despide a su hijo costalero y le dice: “¡Cuídate, hijo mío!” Tal vez ese padre hizo lo mismo que su hijo año atrás. Murmullo de voces dentro del paso; uno dice: “Por mi hermano Fernando que nos está viendo desde el Cielo” Inmediatamente descubro un crespón negro atado a uno de los varales. El paso sale cuidando no pasarse un milímetro, a las órdenes del capataz. Una saeta detiene el paso: es una chica rubia con el traje de cofrade. Canta con el corazón el dolor del Señor. Canta rezando, llorando y la luna de la noche recoge su sentimiento y también parece llorar y reír y bailar en el Cielo.

Todo el mundo en la calle. Los costaleros con su andar silencioso y doliente ponen sus hombros para aliviar el dolor e Jesús



                                                                        Baeza, 24 de marzo de 2013

viernes, 29 de marzo de 2013

Alonso Quesada, Tomás Morales y Juan Ramón Jiménez


               
Tomás Morales (a la dcha.) junto a Alonso Quesada. | lp / dlp

La carta que adjunto de Quesada a Juan Ramón, data de 21 de septiembre de 1917(*) y está en el archivo de la  Sala Zenobia y Juan Ramón, de la Universidad de Rio Piedras en Puerto Rico; me la ha facilitado Carmen Hernández-Pinzón, sobrina nieta del poeta moguereño.

Desde el comienzo de la carta, se aprecia la admiración de Quesada por J R. Con qué ilusión recibe los cuatro libros de su maestro: compara su asombro a la mañana de los Reyes Magos. Saca su alma de niño, de poeta auténtico, sensible a la donación de belleza. Lo más impresionante es que ya los había leído varias veces. Quesada nos enseña a no perder la capacidad de admiración de lo conocido que es bello. Ahondar en la belleza para fundirte en ella. Zambullirte en ella.

Avanzamos en la carta y nos ofrece un dato  importante: Tomás Morales ha estado en su estudio leyendo los versos de “Estío” y han hablado con cariño y admiración de J R desde los tiempos de “Arias tristes”. Quesada pone por escrito que junto a Antonio Machado son sus dos intangibles maestros. Su agradecimiento por el regalo de J R, le lleva a abrirle su alma y expresar: como estoy siempre roto de nostalgia (…) cuando se acuerdan de mí de un modo tan extraordinario me recompongo para unos días. A continuación le anuncia que irá a Madrid el próximo abril, con los ahorros de siete años. Hace alusión a que los británicos de ojos grises le regalan un mes. Lo dice con cierta ironía: Nada más que un mes. Se explica porque trabajó en Las Palmas con ellos.

Reitera su agradecimiento en la despedida, con gran afecto.

Este comentario de la carta, me sabe a poco pues no llego a transmitir la gran riqueza interior de Alonso Quesada: gratitud, reconocimiento, ilusión, gozo ante el regalo de cuatro libros de Juan Ramón, admiración, compartir con otro poeta, Tomás Morales…Pues sí, hemos de recuperar estas cualidades del poeta y trasladarlas a nuestra época. Será una lucecita a la esperanza.


(*)Con esa misma fecha hay una carta manuscrita de Juan Ramón a Archer M. Huntington, que está en Paris esos días. El original se conserva en los archivos de la Hispanic  Society de Nueva York –cfr. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ. Epistolario II. 1916-1936 Publicaciones de la Residencia de Estudiantes. Año 2012.


                                                                                         

jueves, 28 de marzo de 2013

Galdós y su manera de ver la Historia




 Don Benito pone en boca de Gabriel, de forma coloquial, la realidad de lo acontecido en 1808: Dicen que el rey no dio permiso para que entraran los franceses. El cura, el tío de Inés, completa la verdad de los hechos: Ya saben Bonaparte y Godoy lo que se hacen.

¿Hay alguien en nuestro tiempo, capaz de constatar los hechos con la sencillez y verdad que los personajes de Pérez Galdós?.
Hoy voceamos, salimos a la calle, criticamos sin dar soluciones. Vemos la corrupción en algunos políticos. Observamos las leyes que van contra la vida humana, que las familias se rompen y que el alumno fracasa en la escuela. A todo ello se suma el aumento diario del paro.
Tú y yo, ciudadanos de a pie tendríamos que ir a la búsqueda de muchos “Gabrieles” que hay en nuestro tiempo, personas conocedoras de la realidad: un Benigno Blanco, luchador por los derechos de la familia desde hace muchos años; Juan Velarde Fuertes, analista económico; pensadores como Julián Marías (aunque se nos fue, su obra permanece). Especialistas en el tema de la vida humana como Natalia López Moratalla ó César Nombela.

Habría que añadir un largo etcétera en el que también figurarían poetas, historiadores, escritores, periodistas…En definitiva, personas conocedoras de su parcela del saber.
Todo ello sería insuficiente, faltaría lo más importante: conocer el corazón del hombre, pero este tema lo dejamos para otro día.







miércoles, 27 de marzo de 2013

Mujer


                               MUJER

Creo que la mujer española alcanza una virtud insuperable y que la decadencia de España depende del predominio de la mujer y de su enorme superioridad sobre el varón.

Antonio Machado, Autobiografía, 1913.

Al leer este fragmento y ver la fecha, podemos comprender que su amor por su esposa Leonor, muerta en 1912, le lleva a ser rotundo en su visión de la mujer. Lo escribe desde Baeza (1912-1919) donde siempre tuvo a Leonor en su corazón. Más adelante escribe La mujer manchega  y saco los versos 11 y 12:

Es la mujer manchega garrida y bien plantada,


Muy sobre si doncella, perfecta de casada

España, núm 35, 23-IX- 1915

Es curiosa la actitud de Antonio Machado frente a la mujer, en aquellos años. También lo refleja en sus cartas a Unamuno. Está convencido de que las decisiones más importantes las toma siempre la mujer. Ha pasado un siglo desde entonces ¿Cómo vemos tú y yo a la mujer del siglo XXI? ¿Ha subido su protagonismo? No me refiero sólo a su mayor representatividad en la política, economía, investigación, etc. Me refiero a toda mujer, esté donde esté. Para ayudarme en mi reflexión, acudo, como siempre, al Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica; hay muchos puntos referentes a la mujer, pero elijo el 71: El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual dignidad en cuanto personas humanas y, al mismo tiempo, con una recíproca complementariedad en cuanto varón y mujer (…)

Ahí, justo ahí, está la mujer, con igual dignidad humana que el varón, sin olvidar que son complementarios.

Estas son las luces que Nuestro Padre Jesús del Perdón nos quiere regalar hoy; con ellas se evitarían muchos problemas conyugales. Pero no bastaría la reflexión sobre el Compendio, serían necesarias, en paralelo, las virtudes de la convivencia. ¿Cómo podríamos resumirlas en tan poco espacio? Hay una que resume todas, como hacía Machado con su esposa Leonor: la amaba, la contemplaba. Tenemos que aprender el arte de la contemplación del ser amado. Tenemos maestros como San Juan de la Cruz, que nos invita sin dudar a pasar muchos ratos contemplando a nuestro Jesús del Perdón. Después, la contemplación saldrá sola.



                                    
                                      Desde Baeza, 21 de junio de 2012

Oleaje


                   
                               


Estos días el mar bate fuerte. Desde casa contemplo las olas que chocan con tal fuerza que el agua salta al paseo marítimo. Días atrás el mar estuvo en calma y daba serenidad contemplarlo. Eso pasa en la vida nuestra: hay momentos tranquilos y otros en los que las olas irrumpen a nuestro paso. Últimamente hay mucho oleaje en el panorama político pero  nos aseguran que el barco llegará a puerto. Son días de fomentar la esperanza y no quedarnos en la inseguridad del momento. El barco es frágil y podría venirse a pique a no ser que algunos hombres que llevan mucha carga empiecen a soltarla y hagan posible que otros, que están parados a la orilla, puedan subirse y también llegar a puerto. La cosa es que todos estamos dejando algo, pero la nave iría más ligera y segura si “los grandes” prescindieran de su “hermosa carga”.
Lector, se que me entiendes y escribo para ti. Políticos, entended el lenguaje del equilibrio justo. Es la hora de la unidad con el capitán del barco. Así no habrá hundimiento.