Hoy, 19 de octubre, recuerdo
los últimos momentos junto a mi padre, hace 42 años. Fueron momentos duros en
los que el Señor me dio fortaleza para no dejarle hasta el final. Le iba
diciendo jaculatorias, oraciones breves, que le ayudaran, consolaran y
reconfortaran. Después, aguardé a que le trajeran la túnica y medalla de
cofrade de nuestro Padre Jesús del Perdón para que, en su ida hacia el Cielo,
fuera con la mejor acreditación.
¡Cuánto cariño por su Jesús!
Desde pequeña me embobaba con su relato: al conocer que destruyeron la imagen
en la guerra, guardó debajo de una baldosa los cliches de las fotos que él le
había hecho unos días antes. Al terminar la contienda, mi tía Tere, que tenía
un laboratorio fotográfico, pudo hacer fotos con esos cliches y difundir su
imagen por medio mundo. Los emigrantes que venían a Manzanares a ver a sus
familias y a pasar las fiestas del patrón, aprovechaban pasar por la tienda de
mi padre y comprar la querida y bella imagen. Hubo anécdotas muy bonitas como
la de un emigrante en un pueblo de Barcelona que se reunía los viernes con varias
familias, para rezar a Jesús del Perdón, contemplando su imagen.
¿Por qué cito a mi hermano
Manuel en el título? Porque faltan pocos días para su aniversario: falleció el
7 de noviembre de 2021. Heredó de mi padre ese cariño a Jesús del Perdón.
Peleó, igualmente, por su Manzanares de La Mancha.
Desde el Cielo seguirán
velando por todos nosotros.