El sábado 1 de octubre me reuní con un grupo de alumnas, que cumplían este año 40, con sus madres y algunos de sus hijos. Fue una mañana de alegría y buenos recuerdos. Pedimos en la Misa por nuestros seres queridos fallecidos. El lugar fue su colegio, Senara. Gracias a todas las presentes y ausentes que también las llevo en el corazón.